Si alguna vez te has preguntado qué pasa si una empresa o un trabajador no cumple con la normativa laboral, la respuesta está en la Ley de Infracciones y Sanciones en el Orden Social (LISOS).
Esta ley establece qué conductas pueden ser sancionadas y qué consecuencias pueden tener. Saber cómo funciona te ayudará a defenderte si alguna vez te enfrentas a una sanción disciplinaria en tu trabajo. Desde STUNI te informamos.
¿Qué es la Ley de Infracciones y Sanciones en el Orden Social?
Básicamente, la LISOS regula qué incumplimientos se consideran infracciones en temas laborales, de Seguridad Social y prevención de riesgos laborales.
Su objetivo es asegurarse de que las empresas respetan los derechos de los trabajadores, pero también que los empleados cumplen con sus obligaciones.
Las infracciones se dividen en tres niveles: leves, graves y muy graves.
Según la gravedad, las multas y sanciones pueden ir desde una advertencia hasta una cantidad económica importante o incluso el cierre de la empresa en los casos más extremos.
Infracciones más comunes y sus consecuencias
Tanto empresas como trabajadores pueden cometer infracciones. Para que lo tengas claro, aquí van algunos ejemplos de las más habituales y qué puede pasar en cada caso.
Infracciones comunes por parte de la empresa
Por parte de la empresa, uno de los incumplimientos más graves es no dar de alta a un trabajador en la Seguridad Social, lo que puede acarrear multas bastante elevadas.
También se sanciona el pago irregular o con retraso de los salarios, así que si tu empresa no está cumpliendo con esto, podrías denunciarlo.
Otro punto delicado es el de la seguridad laboral. Si la empresa no cumple con las normas de prevención de riesgos y hay peligro para los trabajadores, las multas pueden ser enormes.
Y, por supuesto, los despidos sin justificación o mal tramitados también pueden traer consecuencias para la empresa, obligándola a readmitir al trabajador o a pagar una indemnización.
Infracciones comunes de los trabajadores
En cuanto a los trabajadores, algunas infracciones que pueden derivar en sanciones son:
- Faltas de asistencia o impuntualidad sin justificar
- Desobediencia en el trabajo
- Abuso de confianza o fraude dentro de la empresa.
Dependiendo del caso, la empresa puede aplicar sanciones que van desde una advertencia hasta el despido disciplinario sin derecho a indemnización.
¿Cómo defenderte de una sanción disciplinaria?
Si un día te entregan una carta de sanción y crees que no es justa, no te quedes de brazos cruzados.
Lo primero que debes hacer es revisar el documento y comprobar si la empresa ha explicado los motivos de la sanción y la normativa en la que se basa.
A continuación, revisa tu convenio colectivo, porque en algunos casos hay regulaciones específicas sobre sanciones y despidos que pueden jugar a tu favor.
Si no estás de acuerdo con la sanción, puedes presentar alegaciones. Esto significa que puedes aportar pruebas o testigos que demuestren que la empresa se ha equivocado o que está actuando de forma abusiva.
También tienes la opción de acudir a la Inspección de Trabajo, donde puedes presentar una denuncia para que revisen tu caso. Y si la sanción es grave y afecta a tu puesto de trabajo, puedes recurrir a los juzgados de lo social.
La Ley de Infracciones y Sanciones en el Orden Social está ahí para garantizar que se respeten los derechos laborales y se cumplan las obligaciones tanto de las empresas como de los trabajadores. Recuerda: siempre es buena idea contar con asesoramiento legal o sindical antes de tomar decisiones importantes en tu trabajo.
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